Carretillas recogepedidos: ideales para manipular, elevar y apilar. Su capacidad de carga es de 1 a 2 toneladas. Entre las ventajas de este tipo de carretillas se encuentran la velocidad de desplazamiento y el confort de utilización. Solo son adecuadas para suelos acondicionados y con una pendiente máxima de entre el 5 y el 10 %. Han sido diseñadas para optimizar la recogida de mercancías a ambos lados de los pasillos de un almacén.
Carretillas eléctricas de tres ruedas con contrapeso: con una o dos ruedas de guía montadas centralmente bajo el contrapeso. La ventaja de los sistemas eléctricos de tres ruedas es que ofrecen un radio de giro más pequeño que el de las carretillas eléctricas tradicionales de cuatro ruedas.
Carretillas eléctricas de cuatro ruedas con contrapeso: con una rueda de guía en cada ángulo trasero controlada por un cilindro hidráulico de doble efecto. Estas carretillas ofrecen mayor estabilidad en curvas y son idóneas para operaciones delicadas en obras y almacenes. Su capacidad de carga oscila entre los 1.000 y los 3.500 kg. Se recomiendan para aplicaciones de elevación de cargas pesadas, como la instalación de máquinas y herramientas. También pueden utilizarse en tiendas al por menor, en ferreterías y para otros trabajos ligeros.
Carretillas articuladas: la horquilla gira sobre una articulación y puede inclinarse. Se recomienda su uso en almacenes estrechos y para la carga y descarga de remolques.
Carretillas elevadoras de carga lateral: históricamente, el primer modelo especialmente diseñado para la manipulación de cargas longitudinales.
Carretillas multidireccionales: han destronado a las carretillas elevadoras de carga lateral. El operador puede maniobrar con cargas largas en todas las direcciones y con mayor precisión.
Carretillas elevadoras todoterreno: diseñadas para un uso intensivo, pueden elevar cargas de entre 1 y 50 toneladas. Son versátiles, robustas y rápidas y se destinan a un uso en entornos naturales.