Ilustración de un robot colaborativo de la marca KUKA
Los robots colaborativos, o cobots, es la última creación de la robótica que ha revolucionado el mundo industrial.
Los robots colaborativos son robots capaces de interactuar con su entorno. Cobot y operador pueden trabajar en el mismo espacio, sin necesidad de barreras de seguridad. Esta convivencia es posible gracias a que los robots colaborativos están equipados con sofisticados mecanismos de seguridad, basados en el control de la fuerza y la supervisión constante de lo que ocurre a su alrededor. Así pues, gracias a su sentido del tacto, a las cámaras especiales y a los sistemas anticolisión, coordinan sus movimientos con los de los trabajadores humanos al mismo tiempo que evitan los accidentes.
Entre las ventajas de los robots colaborativos se encuentra su bajo coste de integración y puesta en marcha. El modo de aprendizaje de los cobots simplifica su manejo y programación. Son más flexibles que otros robots, se pueden mover de una estación a otra y se pueden reprogramar fácilmente.
Sus principales desventajas son su baja carga útil y una menor velocidad de funcionamiento que otros robots.
Hoy, los cobots se utilizan ampliamente en la producción industrial, especialmente en el sector de la automoción, en la inspección y manipulación, y en el sector médico, en la cirugía, más en concreto.