Los polipastos son herramientas de elevación mecánica con accionamiento eléctrico, neumático, hidráulico o manual.
A diferencia de los cabrestantes, que se utilizan para arrastrar cargas, los polipastos de cable o de cadena permiten su desplazamiento vertical. Los polipastos motorizados tienen una capacidad de elevación de hasta 100 toneladas.
Para elegir un polipasto, será importante responder a las siguientes preguntas:
Para poder utilizar un polipasto, este deberá instalarse en altura, ya sea con un gancho fijado en un bastidor o pórtico, o con una fijación específica, entre otros, en un carro de puente grúa.
Los polipastos están equipados con un sistema de frenado que permite retener una carga de 1,5 veces la capacidad nominal del polipasto, cualquiera que sea su posición —freno estático—, y regular la velocidad de descenso —freno dinámico—.
Los polipastos solo permiten el movimiento vertical de la carga. Sin embargo, existen varias soluciones para permitir su movimiento horizontal: el polipasto puede montarse, por ejemplo, en un pórtico, una grúa pluma o un puente grúa. Para una solución más compacta, se puede optar por un polipasto integrado directamente en el puente grúa.
Puntos importantes por considerar
Dependiendo de su uso, se podrá elegir entre:
Los polipastos manuales se utilizarán ocasionalmente o en áreas en las que no existe ninguna fuente de energía. Por regla general, los polipastos manuales más grandes tienen una capacidad de elevación limitada a 6 toneladas y una altura máxima de elevación de 6 metros.
Tienen la ventaja de ser compactos y ligeros. Los polipastos manuales suelen ser de cadena. Pueden ser accionados mediante una palanca que reduce el esfuerzo o también tirando de una cadena sin fin. Esta hace girar una rueda dentada que, a su vez, mueve el eje de transmisión, que accionará el engranaje de la cadena de carga. Esta última tendrá una fuerza superior a la aplicada en un principio.
Los polipastos manuales destinados a cargas pequeñas pueden equiparse con cuerdas en lugar de cadenas.
Se optará por un polipasto eléctrico en los casos utilización regular y cuando las maniobras requieran precisión.
Los polipastos eléctricos suelen disponer de un sistema de ajuste de la velocidad de elevación, o al menos de dos velocidades de funcionamiento —una velocidad lenta y otra rápida—, así como de un sistema de parada de emergencia. La velocidad más lenta está pensada para el posicionamiento preciso de la carga.
Los polipastos eléctricos permiten elevar cargas con gran precisión, aunque no han sido diseñados para un funcionamiento continuo.
La mayoría de los polipastos eléctricos son polipastos de cable y alcanzan alturas de elevación mayores que los polipastos manuales.
Los polipastos neumáticos requieren una alimentación de aire comprimido. Se utilizan en atmósferas explosivas —zonas ATEX—.
Los polipastos neumáticos son silenciosos, robustos y precisos. Son resistentes al polvo y a la humedad, pero sus filtros de aire requieren una limpieza regular.
Los polipastos neumáticos ofrecen una velocidad de elevación mucho mayor que los polipastos eléctricos.
Si no existe ninguna red de aire comprimido cerca, será necesario acoplar estos polipastos a un compresor de aire adecuado.
Los polipastos hidráulicos son productos robustos y silenciosos que pueden funcionar en ambientes extremos y en zonas con alto riesgo de explosión.
Los polipastos hidráulicos requieren la presencia de una fuente hidráulica adaptada cerca. Tienen una gran capacidad de elevación, por lo que pueden levantar cargas muy pesadas.
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